Por: Juan Pablo S. Tapiro.
26 de marzo de 2024.
La paz, en el mundo de la barbarie del capital, ha sido una apuesta de quienes han luchado por una nueva sociabilidad. No cabe la resignación a esa barbarie, ni a las formas y métodos de lucha dentro de los límites de la democracia burguesa: la dictadura del capital!, que nos impone alienación y miedo.
Hoy, 26 de marzo, se conmemora el día del derecho universal de los pueblos a la rebelión armada, en memoria de Manuel Marulanda Vélez, un hombre que dedicó toda su vida a la lucha por la paz y la revolución en Colombia.
“Arturo Alape me cuenta que Manuel Marulanda Vélez, el famoso guerrillero colombiano, no se llamaba así. Hace cuarenta años, cuando se alzó, él se llamaba Pedro Antonio Marín. Por entonces, Marulanda era otro: negro de piel, grandote de tamaño, albañil de oficio y zurdo de ideas. Cuando los policías golpearon a Marulanda hasta matarlo, sus compañeros se reunieron en asamblea y decidieron que Marulanda no se podía acabar.
Por unanimidad le dieron el nombre a Marín, que desde entonces lo lleva.
También el mexicano Pancho Villa llevaba el nombre de un amigo que le mató la Policía.” Eduardo Galeano (Nombres/2, El libro de los abrazos).
Manuel Marulanda Vélez, junto con otros hombres y mujeres, se insurgió contra el terrorismo de Estado. Su legado está disperso por toda Colombia y en muchas partes de Nuestra América y el mundo, inspirando y germinando, a veces de forma más abierta y otras de forma más oculta, pero ahí está, en diversos frentes de batalla, apostando a las transformaciones necesarias para la vida digna y la paz con justicia social.
“(…) la lucha es para tomar el poder, esa no es para que se quede por ahí en los escritos diciendo que queremos un cambio y que si no nos lo dan no sé qué, se produce a través de las transformaciones políticas, o se tiene que producir a través de una insurrección popular del pueblo, apoyado por un movimiento guerrillero (…)” – Manuel Marulanda Vélez.
La opción por la lucha armada no fue un capricho, ni tampoco fue un principio romántico ni voluntarista, fue una respuesta consecuente con las condiciones políticas de su momento histórico, con la cual se puede o no estar de acuerdo, y que no exime al Comandante en jefe de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), de los errores que se hayan cometido durante la guerra.
En el mundo, vivimos tiempos de profundización de la crisis estructural del capital, lo que a su vez se expresa en una mayor barbarie social, en guerras, en terrorismo de Estado. A contracorriente, en Colombia, se sigue intentando forjar un proceso de paz, lleno de contradicciones, y donde quienes son los primeros y máximos responsables de las causas de la guerra, no están aún dispuestos a asumir las necesarias transformaciones políticas, sociales y económicas para superarlas; y donde, por ahora, no se han construido las condiciones, desde el pueblo trabajador, para imponerlas, si fuera necesario… pero ese camino se está andando.
En estos tiempos, todavía tenemos mucho para aprender con la vida y el pensamiento de Manuel Marulanda Vélez…
“Consideré y considero que Marulanda fue uno de los más destacados guerrilleros colombianos y latinoamericanos. Cuando muchos nombres de políticos mediocres sean olvidados, el de Marulanda será reconocido como uno de los más dignos y firmes luchadores por el bienestar de los campesinos, los trabajadores y los pobres de América Latina.” – Fidel Castro Ruz.
Ta pensando 